miércoles, 16 de junio de 2010

Reescritura: La idoneidad de que profesionales de diversas disciplinas ejerzan como profesores en colegios sin tener necesariamente ese título

En nuestro país según la LGE, las capacidades de los profesores no se relacionan con lo que la sociedad del conocimiento está exigiendo hoy en día al sistema educativo. Por lo tanto, ¿es legítimo autorizar a otros profesionales a enseñar en las salas de clases?
Los profesores estudian durante cinco años una carrera que les entrega las herramientas y habilidades necesarias para enseñar. Por un lado, las transposiciones didácticas realizadas por los maestros contribuyen a la construcción del conocimiento científico en el aula. Por otro lado, la interpretación oral que ofrece el maestro siempre reconstruye el contenido de un texto escrito cuando éste entra al espacio social del aula. Los docentes frecuentemente aclaran, explican y contextualizan el contenido con información, preguntas y ejemplos que lo acercan a los saberes cotidianos de los alumnos.
Asimismo, la transformación de la actividad experimental, a la que contribuyen los alumnos que interpretan el conocimiento desde lo que ellos entienden, es otra transposición del contenido que forma parte de la construcción social del conocimiento científico que se realiza en el aula. De esta forma, los docentes se convierten en los mediadores de este proceso cognitivo de los alumnos, guiándolos en sus aprendizajes de manera que sean significativos para ellos.
Existen grupos de personas que aseguran que la entrada a la docencia de otros profesionales es fuente de enriquecimiento para el área educativa. Afirman que el aporte de dichos profesionales vendría no sólo desde lo disciplinar, sino que también desde la experiencia adquerida debido a su desempeño en el mundo laboral. Sin embargo, esto no siempre es suficiente, ya que muchos de ellos no cumplen con las competencias pedagógicas necesarias para enseñar.
La solución para lograr hacer un verdadero cambio en la calidad de la educación chilena no es la inclusión de profesionales de otras áreas. Se debe cortar el problema de raíz, por lo que es indispensable un sistema de evaluación de los conocimientos y competencias de los egresados de pedagogía. Se deben dar a conocer los resultados de dicha evaluación, con el fin de que las instituciones formadoras de docentes realicen una política consistente de reforma y enriquecimiento de las mismas. De esta manera, se estará contribuyendo a una mejora en la calidad del sistema educativo de nuestro país.

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